BUENOS AIRES (AP) — El presidente Alberto Fernández cedió al pedido de su vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner y modificó a gran parte de su gabinete en busca de dar un nuevo perfil a la gestión tras la debacle electoral en las primarias legislativas de Argentina.
El mandatario peronista desplazó el viernes a Santiago Cafiero como jefe del gabinete de ministros y designó para ese puesto a Juan Manzur, actual gobernador de la provincia de Tucumán. Cafiero quedará a cargo de la cancillería en reemplazo de Felipe Solá.
Aníbal Fernández asumirá en el ministerio de Seguridad; Julián Domínguez en Ganadería, Agricultura y Pesca; Julian Perzyck en Educación y Daniel Filmus en Ciencia y Tecnología.
Salvo Perzyck todos los elegidos tuvieron experiencia previa en el gabinete durante la presidencia de Fernández de Kirchner (2007-2015).
Por su parte, Juan Ross fue nombrado secretario de Comunicación y Prensa como reemplazante de Juan Pablo Biondi, quien más temprano había presentado su renuncia.
Los nuevos ministros asumirán el lunes, informó la presidencia.
El gobernante cerró así la peor semana de su gestión. Las dificultades comenzaron el domingo con la derrota electoral en las primarias para elegir los candidatos que competirán en las elecciones legislativas del 14 de noviembre.
El peronista Frente de Todos obtuvo 31,80% de los votos en todo el país y el frente opositor Juntos por el Cambio alcanzó 41,50% en las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO).
Le siguió la decisión de cinco ministros y varios funcionarios que responden políticamente a Fernández de Kirchner de poner la renuncia a disposición del presidente, en un gesto que fue interpretado como una maniobra de presión de la dirigente para que el mandatario haga cambios que logren revertir la crisis socioeconómica que influyó en la derrota del oficialismo en las primarias.
La tensión se agravó la noche del jueves cuando la vicepresidenta exigió al mandatario en una carta pública que “honre la voluntad del pueblo argentino” y modifique el rumbo de una política económica que, a su entender, ha dejado de lado a muchos compatriotas.
La crisis que Argentina arrastra desde hace años se profundizó durante la pandemia del coronavirus. La tibia recuperación que se percibe hace unos meses no es suficiente para amainar una pobreza que afecta al 42% de la población y una inflación anual de más de 50%.
Salvo el caso de Roberto Salvarezza, en Ciencia y Tecnología, el presidente no aceptó por el momento las renuncias puestas a disposición de los ministros y funcionarios del ala del peronismo de centro-izquierda que lidera la vicepresidenta.
Pese a que se especulaba su salida tras las críticas de Fernández de Kirchner a la política económica, Martín Guzmán se mantiene como ministro de Economía justo en un momento en que el país sudamericano ultima los detalles de un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) para definir cómo afrontará la devolución de un préstamo de 45.000 millones de dólares otorgado en 2018.
Si bien cedió a la presión de su vicepresidenta, Fernández buscó mantener en el nuevo gabinete el equilibrio entre las distintas corrientes peronistas que integran el Frente de Todos. Resta por verse si los cambios de nombres y una batería de medidas, como aumentos en los subsidios a los sectores más empobrecidos, que se anunciarán en los próximos días alcanzan para que el oficialismo pueda mejorar su desempeño electoral.
Si se ratifican los resultados del domingo en las legislativas del 14 de noviembre, el oficialismo perdería el control de la cámara alta y la mayoría simple en la cámara baja, lo que lo obligaría a negociar su agenda con la oposición en sus dos últimos años de mandato.
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