El frente oficialista, que lidera las encuestas para las regionales de hoy, busca impulsar el proceso de separación
Las elecciones autonómicas que se celebran hoy en Cataluña colocan al país por primera vez ante el peligro real del desgarro territorial.
El gobierno de la Generalitat que encabeza Artur Mas compite con una lista cuya propuesta única es iniciar un proceso que acabe a más tardar en 2017 en la fundación de una república independiente.
Todas las encuestas colocan a ese frente, llamado Juntos por el Sí, como favorito a ganar y con posibilidades de obtener la mayoría absoluta en el Parlamento regional.
Mas y sus socios establecieron las reglas del juego electoral por fuera de lo que dice la ley: prometen que abrirán el proceso de secesión si obtienen una mayoría simple de bancas en el Parlamento. Así les resultaría más fácil declarar la independencia que designar al defensor del pueblo (para lo que se requiere dos tercios).
Los partidos nacionales -PP, PSOE, Podemos, Ciudadanos- se volcaron contra el separatismo, aunque compiten cada uno por su lado. En este caso, su apuesta es movilizar a los que no suelen ir a votar.
Los resultados de una secesión pueden ser dramáticos. Para España sería catastrófico perder a su región más rica (el 19% del PBI; más del 15% de su población). Y para Europa – donde varios Estados tienen regiones con ansias secesionistas-, implicaría una jurisprudencia complicada en medio de la avalancha de refugiados y de la persistente crisis económica.
Las elecciones autonómicas que se celebran hoy en Cataluña colocan al país por primera vez ante el peligro real del desgarro territorial.
El gobierno de la Generalitat que encabeza Artur Mas compite con una lista cuya propuesta única es iniciar un proceso que acabe a más tardar en 2017 en la fundación de una república independiente.
Todas las encuestas colocan a ese frente, llamado Juntos por el Sí, como favorito a ganar y con posibilidades de obtener la mayoría absoluta en el Parlamento regional.
Mas y sus socios establecieron las reglas del juego electoral por fuera de lo que dice la ley: prometen que abrirán el proceso de secesión si obtienen una mayoría simple de bancas en el Parlamento. Así les resultaría más fácil declarar la independencia que designar al defensor del pueblo (para lo que se requiere dos tercios).
Los partidos nacionales -PP, PSOE, Podemos, Ciudadanos- se volcaron contra el separatismo, aunque compiten cada uno por su lado. En este caso, su apuesta es movilizar a los que no suelen ir a votar.
Los resultados de una secesión pueden ser dramáticos. Para España sería catastrófico perder a su región más rica (el 19% del PBI; más del 15% de su población). Y para Europa – donde varios Estados tienen regiones con ansias secesionistas-, implicaría una jurisprudencia complicada en medio de la avalancha de refugiados y de la persistente crisis económica.
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