El líder chavista argumentó que busca así proteger "al pueblo venezolano" de una supuesta conspiración contra su gobierno.

El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, firmó un decreto "de estado de excepción y emergencia económica" que extendió por 60 días los poderes especiales para hacer frente a la crisis y que le permitiría eventualmente "resguardar los derechos del pueblo venezolano" ante supuestas acciones desestabilizadoras orquestadas por grupos empresariales que estarían aliados con sus adversarios políticos nacionales y extranjeros.
En una cadena de radio y televisión, Maduro firmó el decreto la noche del viernes para "neutralizar y derrotar la agresión externa" que, aseguró, se cierne sobre su país.
Acompañado del gabinete ministerial en el palacio de gobierno, el mandatario amplió de este modo los alcances de un decreto de emergencia económica vigente desde enero y cuya prórroga de dos meses expiraba este sábado.
Este nuevo decreto es "más completo, más integral, de protección de nuestro pueblo, de garantía de paz, de garantía de estabilidad, que nos permita durante este mes de mayo, junio, julio, y toda la extensión que vamos a hacer constitucionalmente durante el año 2016 y seguramente durante el año 2017, recuperar la capacidad productiva", agregó.
Maduro, que enfrenta una severa crisis económica por el derrumbe de los precios internacionales del petróleo, y cuya gestión reprueba un 68% de los venezolanos, según la firma Venebarómetro- no detalló si la medida implicará restringir derechos civiles.
Al dictar el decreto, Maduró criticó un encuentro que sostuvieron el viernes dirigentes opositores con el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro.
En un foro en Miami, el jefe del organismo hemisférico dijo que el referendo revocatorio debe realizarse antes de diciembre, y planteó la posibilidad de invocar la Carta Democrática Interamericana para debatir el estado de la democracia venezolana en la OEA.
Si la consulta no se realiza este año "se estaría afectando la posibilidad del pueblo de expresarse", afirmó el diplomático, subrayando que ello constituiría el "peor acto de corrupción política".
La declaratoria del Estado de excepción fue respaldada de inmediato por el número dos del chavismo, Diosdado Cabello, y la canciller Delcy Rodríguez.
"Hermano presidente Nicolás Maduro, cuente con nuestro apoyo al decreto de Estado de Excepción para enfrentar las amenazas contra la Patria", escribió Cabello en Twitter.
La canciller expresó en la misma red social que la medida pretende "defender a Venezuela de los golpistas". En cambio, el diputado opositor Tomás Guanipa consideró que la ordenanza busca "desestabilizar el país e impedir el revocatorio".
El jueves, Maduro había anunciado la ampliación del decreto para impedir que la oposición venezolana -que controla el Parlamento- ejecute un golpe de Estado en su contra a la manera como, según él, se lo hizo en Brasil con Dilma Rousseff.
Debido a la separación del cargo de Rousseff para ser sometida a un juicio político, el presidente venezolano llamó a consultas a su embajador en Brasilia. Maduro acusa a Estados Unidos de estar detrás de una maniobra para "acabar con las corrientes progresistas en América Latina".
El decreto que firmó Maduro coincide con una nueva jornada de movilizaciones este sábado en Caracas, en el marco de la cual la oposición exigirá que el Consejo Nacional Electoral (CNE) cumpla los plazos para que el revocatorio se haga este año.

El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, firmó un decreto "de estado de excepción y emergencia económica" que extendió por 60 días los poderes especiales para hacer frente a la crisis y que le permitiría eventualmente "resguardar los derechos del pueblo venezolano" ante supuestas acciones desestabilizadoras orquestadas por grupos empresariales que estarían aliados con sus adversarios políticos nacionales y extranjeros.
En una cadena de radio y televisión, Maduro firmó el decreto la noche del viernes para "neutralizar y derrotar la agresión externa" que, aseguró, se cierne sobre su país.
Acompañado del gabinete ministerial en el palacio de gobierno, el mandatario amplió de este modo los alcances de un decreto de emergencia económica vigente desde enero y cuya prórroga de dos meses expiraba este sábado.
Este nuevo decreto es "más completo, más integral, de protección de nuestro pueblo, de garantía de paz, de garantía de estabilidad, que nos permita durante este mes de mayo, junio, julio, y toda la extensión que vamos a hacer constitucionalmente durante el año 2016 y seguramente durante el año 2017, recuperar la capacidad productiva", agregó.
Maduro, que enfrenta una severa crisis económica por el derrumbe de los precios internacionales del petróleo, y cuya gestión reprueba un 68% de los venezolanos, según la firma Venebarómetro- no detalló si la medida implicará restringir derechos civiles.
Al dictar el decreto, Maduró criticó un encuentro que sostuvieron el viernes dirigentes opositores con el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro.
En un foro en Miami, el jefe del organismo hemisférico dijo que el referendo revocatorio debe realizarse antes de diciembre, y planteó la posibilidad de invocar la Carta Democrática Interamericana para debatir el estado de la democracia venezolana en la OEA.
Si la consulta no se realiza este año "se estaría afectando la posibilidad del pueblo de expresarse", afirmó el diplomático, subrayando que ello constituiría el "peor acto de corrupción política".
La declaratoria del Estado de excepción fue respaldada de inmediato por el número dos del chavismo, Diosdado Cabello, y la canciller Delcy Rodríguez.
"Hermano presidente Nicolás Maduro, cuente con nuestro apoyo al decreto de Estado de Excepción para enfrentar las amenazas contra la Patria", escribió Cabello en Twitter.
La canciller expresó en la misma red social que la medida pretende "defender a Venezuela de los golpistas". En cambio, el diputado opositor Tomás Guanipa consideró que la ordenanza busca "desestabilizar el país e impedir el revocatorio".
El jueves, Maduro había anunciado la ampliación del decreto para impedir que la oposición venezolana -que controla el Parlamento- ejecute un golpe de Estado en su contra a la manera como, según él, se lo hizo en Brasil con Dilma Rousseff.
Debido a la separación del cargo de Rousseff para ser sometida a un juicio político, el presidente venezolano llamó a consultas a su embajador en Brasilia. Maduro acusa a Estados Unidos de estar detrás de una maniobra para "acabar con las corrientes progresistas en América Latina".
El decreto que firmó Maduro coincide con una nueva jornada de movilizaciones este sábado en Caracas, en el marco de la cual la oposición exigirá que el Consejo Nacional Electoral (CNE) cumpla los plazos para que el revocatorio se haga este año.
Publicar un comentario