Cuatro ladrones armados redujeron al cuidador de la estancia Santa Ana ubicada a 100 kilómetros de El Calafate.

Una de las propiedades del empresario patagónico Lázaro Báez fue asaltada en las últimas horas. Se trata de la estancia Santa Ana, a 100 kilómetros de El Calafate, en Río Gallegos, donde el cuidador fue reducido por cuatro delincuentes armados que lo esposaron a una cama y le pidieron que confesara donde estaba el dinero.
La víctima, que pasó una noche entera maniatado, declaró ante la policía de Santa Cruz (PSC) que logró soltarse gracias a un martillo que los ladrones le dejaron cerca. Precisó que el hecho ocurrió entre las seis y las siete de la tarde del domingo cuando los cuatro delincuentes llegaron a la estancia a "en una camioneta oscura 4×4".
El hombre dijo que los delincuentes lo sorprendieron adentro del establecimiento y que lo redujeron al grito de "al piso, policía". De los asaltantes, tres estaban encapuchados y el líder a cara descubierta. Este último era quien intimaba a la víctima poniéndole el arma en la cabeza y quien dio la orden de atarlo a una de las camas.
Según relató, llevaban picos y palas para buscar dinero que pudiera estar oculto, una posibilidad que surge a partir de los resultados de las investigaciones en curso en la Justicia.
Aunque los ladrones buscaban plata, pero solo pudieron llevarse una olla de acero, un mate, un cuchillo y una pava eléctrica.
Ante la imposibilidad de encontrar plata, los ladrones se fugaron. El hombre permaneció horas hasta que pudo liberarse de las esposas. Allí, caminó 20 kilómetros hasta la estancia vecina, llamada Cruz Aike, desde donde llamó por teléfono a la policía.

Una de las propiedades del empresario patagónico Lázaro Báez fue asaltada en las últimas horas. Se trata de la estancia Santa Ana, a 100 kilómetros de El Calafate, en Río Gallegos, donde el cuidador fue reducido por cuatro delincuentes armados que lo esposaron a una cama y le pidieron que confesara donde estaba el dinero.
La víctima, que pasó una noche entera maniatado, declaró ante la policía de Santa Cruz (PSC) que logró soltarse gracias a un martillo que los ladrones le dejaron cerca. Precisó que el hecho ocurrió entre las seis y las siete de la tarde del domingo cuando los cuatro delincuentes llegaron a la estancia a "en una camioneta oscura 4×4".
El hombre dijo que los delincuentes lo sorprendieron adentro del establecimiento y que lo redujeron al grito de "al piso, policía". De los asaltantes, tres estaban encapuchados y el líder a cara descubierta. Este último era quien intimaba a la víctima poniéndole el arma en la cabeza y quien dio la orden de atarlo a una de las camas.
Según relató, llevaban picos y palas para buscar dinero que pudiera estar oculto, una posibilidad que surge a partir de los resultados de las investigaciones en curso en la Justicia.
Aunque los ladrones buscaban plata, pero solo pudieron llevarse una olla de acero, un mate, un cuchillo y una pava eléctrica.
Ante la imposibilidad de encontrar plata, los ladrones se fugaron. El hombre permaneció horas hasta que pudo liberarse de las esposas. Allí, caminó 20 kilómetros hasta la estancia vecina, llamada Cruz Aike, desde donde llamó por teléfono a la policía.
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