El Ministerio de Medio Ambiente de Brasil recibió este miércoles con “sorpresa y preocupación” la decisión anunciada la víspera por el gobierno electo de Jair Bolsonaro de fusionar esa cartera con el Ministerio de Agricultura.
Ambos Ministerios “tienen agendas propias” y “fragilizar la autoridad representada por el Ministerio de Medio Ambiente, en un momento en que la preocupación con la crisis climática se intensifica, sería temerario”, afirmó en un comunicado el titular de esa cartera, Edson Duarte.
Bolsonaro ya lo había anticipado en campaña y las intenciones del próximo gobierno fueron ratificadas el martes por quien será el jefe de gabinete, Onyx Lorenzoni. “Agricultura y Medio Ambiente estarán en el mismo ministerio, como estaba planeado”, dijo.
En respuesta, el actual ministro advirtió que la medida traería consecuencias negativas para el cuidado del medio ambiente y para la economía del país. Esas críticas están en sintonía con las de varias ONG ambientalistas que temen que el área ambiental del país más megadiverso del mundo quede en manos de los poderosos intereses del agronegocio.
“Protegemos nuestras riquezas naturales, como los biomas, el agua y la biodiversidad, contra la explotación delictiva y predadora, de forma que puedan seguir cumpliendo su papel esencial para el desarrollo socioeconómico”, afirmó el ministerio, que llama a un diálogo “transparente y calificado” con el gobierno entrante.
“La economía nacional sufriría, especialmente el agronegocio, frente a una posible represalia comercial por parte de países importadores”, añadió Duarte.
Bolsonaro, que asumirá el cargo el 1º de enero, fue electo el domingo con el 55% del voto popular y cuenta con un amplio apoyo del lobby del agronegocio, responsable por una buena porción del PIB brasileño. Las palabras deforestación, Amazonía o calentamiento global estuvieron ausentes en su programa de gobierno. Pero en discursos públicos llegó a afirmar que el “exceso” de áreas de conservación ambiental “dificulta” el desarrollo, entre otras declaraciones polémicas rechazadas por especialistas del área.
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