Critican a Trump por "perezoso" tras filtrarse la agenda presidencial

El presidente estadounidense pasa el 60% de su jornada viendo la tele, tuiteando o al móvil



La filtración a los medios de la agenda del presidente estadounidense, Donald Trump, provocó críticas en Washington, donde cuestionaron por "perezoso" al mandatario, que pasa un 60% de su día en actividades no especificadas que incluyen ver televisión, leer los diarios, tuitear y hablar por teléfono con amigos, asesores y legisladores.

La información, publicada por el portal Axios, señala que esas horas de actividades no oficiales han sido denominadas "tiempo ejecutivo" por el personal de la Casa Blanca.

Los datos filtrados a Axios indica que, desde las elecciones legislativas de noviembre de 2018, el presidente estadounidense dedicó el 60% de su jornada de trabajo a “tiempo ejecutivo”. Un total de 297 horas, frente a las 77 dedicadas a reuniones, 51 a viajar, 39 a almorzar o 38 a actos públicos.

La recopilación se basa en un documento que a diario recibe un número limitado de trabajadores de la Casa Blanca (más detallado que el que se facilita a los medios). La filtración indignó al círculo más estrecho del presidente, en donde no desmintieron el informe pero dijeron que hay reuniones que no aparecen allí (pero no quieren hacerlas públicas) y reivindicaron su estilo único de gobernar.

Trump nunca durmió muchas horas y sus días comienzan habitualmente a las cinco y media de la mañana en el salón amarillo de la parte privada de la Casa Blanca. Allí ve televisión, lee los diarios, tuitea y llama por teléfono a amigos, asesores, colaboradores y legisladores para sondear su opinión sobre temas de actualidad o comentar nombramientos.

Aunque el horario oficial lo ubica en el despacho oval a las ocho de la mañana, diferentes fuentes confirmaron a Axios y otros medios que no llega allí hasta las diez y media o las once de la mañana, donde recibe el resumen de los servicios de inteligencia o se reúne con su jefe de gabinete, en la que suele ser su única reunión del día. Por la tarde y hasta bien entrada la noche, el presidente, que ya como empresario estaba obsesionado con su cobertura mediática, vuelve a dedicarse a leer noticias, lanzar ideas o decisiones en Twitter, reaccionar a los programas de Fox News y hablar por teléfono.

“¡Qué vergonzosa violación de la confianza!”, tuiteó la secretaria personal de Trump, Madelaine Westerhout. Lo que el documento no muestra son “los cientos de llamadas y reuniones” que el presidente atiende cada día. “Trabaja más duro que nadie por el pueblo americano en la historia reciente”, añadió Westerhout, el “secreto” para llegar a presidente, según cuenta Bob Woodward en Miedo.

“El presidente Trump tiene un estilo de liderar diferente a sus predecesores y los resultados hablan por sí mismos”, le defendió su portavoz, Sarah H. Sanders. “Queda tiempo para un ambiente más creativo que le ha permitido convertirse en el presidente más productivo de la historia moderna”, afirmó.

El legislador republicano Newt Gingrich, reivindicó sus hábitos de trabajo: “La ignorancia de la historia de las élites actuales es patética. Winston Churchill se acostaba tarde, trabajaba hasta tarde y se echaba una siesta cada tarde (en pijama) tuiteó ayer Gingrich, expresidente de la Cámara baja de EE.UU. Si el horario de Trump ha producido tantos logros políticos, razonó, “deberíamos aplaudirlo”.

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