Corea del Sur supera los 10.000 casos, pero logra controlar la infección

Con 86 nuevos casos detectados ayer, suma 10.062 infecciones, pero solo 3.867 son casos activos.



Corea del Sur superó hoy los 10.000 contagios de coronavirus, volumen que ha gestionado bien gracias a un sistema para rastrear y ralentizar la infección que puede servir de ejemplo para la lucha global contra esta y futuras pandemias.

Con 86 nuevos casos detectados ayer, Corea del Sur suma 10.062 infecciones, pero solo 3.867 son casos activos, según informó hoy el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades Infecciosas de Corea (KCDC).

Ya se han curado 6.021 personas, el 60 % de todos los que enfermaron, lo que da una idea de cómo Corea del Sur, que llegó a ser el segundo país más afectado por el virus, ha logrado aplanar la curva de infectados, informó el KCDC, citado por la agencia de noticias EFE.

La nación asiática, que no ha limitado movimientos de ciudadanos ni cerrado fronteras, no registra más de 200 contagios diarios desde el 12 de marzo y ha tardado 20 días en sumar los últimos 2.000, promediando unos 100 casos al día.

El éxito hasta ahora reside en implementar un programa que combina testeo masivo de sospechosos de contagio, seguimiento exhaustivo de rastros de infección y hospitalización generalizada, incluyendo casos leves.

Paradójicamente, muchos surcoreanos se alegran ahora de que su país sufriera una epidemia de Síndrome Respiratorio de Oriente Medio (MERS) en 2015 que dejó 38 muertos y que desató duras críticas contra las autoridades por su incapacidad para identificar las rutas de contagio.

Tras este fracaso, se aprobó un sistema que, en caso de emergencia sanitaria, permite a empresas de soluciones diagnósticas recibir autorizaciones por vía rápida del gobierno para manufacturar y exportar kits para testar.

A la semana de que el primer caso se detectase el 20 de enero en Corea del Sur ya había una empresa fabricando pruebas diagnósticas, y hoy son ya varias las que lo hacen con una capacidad combinada que pone en circulación cientos de miles de estos kits al día.

Se dispuso así uno de los pilares que están permitiendo mitigar las transmisiones; desde que el primer gran brote se detectó en el país a finales de febrero se han promediado 10.000 test diarios.

Testar está siendo la base para cartografiar la infección y limitarla, ya que al poner en cuarentena y hacer pruebas a discreción a un grupo de riesgo cada vez que se detecta un foco comunitario se van cortando las posibles nuevas vías de contagio.

A esto se une una maquinaria que se activa cada vez que se confirma un nuevo positivo y que rastrea los últimos pasos de la persona infectada para determinar con quién estuvo en contacto y qué lugares visitó en días previos, lo que permite identificar a nuevos sujetos de riesgo a los que, de nuevo, se testa y se pone en cuarentena.

El sistema utiliza datos GPS de los teléfonos de los contagiados, información de tarjetas de crédito e imágenes de las cámaras de seguridad, lo que, pese al éxito de la iniciativa para controlar el virus, no ha impedido abrir un debate en el país sobre privacidad y uso de datos.

La decisión de reorganizar el sistema hospitalario y habilitar espacios especiales para pacientes con cuadros leves -que son cerca del 80 % del total debido a que el sistema permite identificar los contagios en fases muy tempranas- ha permitido un buen seguimiento clínico y un menor impacto para recursos y personal sanitario.

La disponibilidad hospitalaria resultante ha deparado a su vez una tasa de letalidad del 1,73 % en Corea del Sur -donde han muerto 174 personas- que podría considerarse cercana a una media estándar para el coronavirus.

Pero las autoridades insisten en la necesidad de mantener el distanciamiento social -el inicio del curso escolar se impartirá completamente online- ante el riesgo de que el contagio repunte, sobre todo en torno a Seúl, donde viven 26 millones de personas, más de la mitad del país.

De los 86 casos de ayer, 38 fueron importados, de ellos 22 detectados en aeropuertos, donde se testa obligatoriamente a los llegados de Europa o a aquellos con síntomas.

Para evitar que los contagios importados generen nuevas infecciones ya se obliga a todo aquel que entre en el país a guardar una cuarentena de 14 días.

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