Un informe reveló que el objetivo tope para la mayoría de la población se resume a sostener un empate entre sus ingresos y el incremento sostenido de precios. Al repasar la dinámica de empleo y salarios el Centro Capacitación y Estudios del Trabajo y el Desarrollo (CETyD) de la Universidad Nacional de San Martín (Unsam) remarcó como determinantes para ello "al contexto de aceleración inflacionaria como la alta incertidumbre".
Se remiten en su mensura -entre otros datos- al 6% de inflación en junio pasado que totaliza para el año un 50,7% y en la comparación interanual el 115,6%. Los investigadores de los citados foros incluso consideran que lograr esa paridad "no es fácil de afrontar" más allá de la actividad económica que ofrece síntomas de resiliencia o el empleo tocando picos de alza históricos, ya que "el ritmo de crecimiento del sector informal duplica al formal".
Para quienes al menos lograron ese "empate técnico", la Unsam hizo foco en el segmento de trabajadores y trabajadoras donde incluso en algunos casos "se obtuvo un diferencial". Apuntaron allí allí a empleadores, trabajadores independientes de alta calificación y algunos núcleos de asalariados y asalariadas formales.
La contracara, según el relevamiento, es notoria en los hogares más vulnerables que sostuvieron sus ingresos a través de diferentes mecanismos. Señalan entre ellos a las políticas sociales y jubilaciones, "sobre todo la jubilación mínima, que tuvo incrementos adicionales", y precisaron luces de alerta máxima por la importante caída que tuvieron los ingresos laborales "que provienen de trabajos precarios e inestables".
Zoom de acero inoxidable
Con un perfil crítico que ya manifestaron en ocasión de un paper sobre inflación presentado meses atrás el CETyD, se consideró que los sectores medios y medios bajos afrontan el peor escenario. "Tanto sus ingresos laborales como los no laborales corrieron por detrás de los aumentos de precios", sustentan para agregar a la evaluación a los núcleos comprendidos en las paritarias más rezagadas en cuanto al impacto de la inflación acumulada en el año.
Tipifican además para los sectores más castigados por el escenario económico a un grupo que denominaron como "los anteúltimos". Contemplan allí a los trabajadores precarios de hogares pobres o que se encuentran apenas por encima de la línea de pobreza, fuera de la cobertura de las normas laborales y la representación sindical, "donde en general no llegó la atención del Estado ni la intervención de las organizaciones sociales dado que no son beneficiarios de programas sociales".
Se acota que para el corriente mes el valor de la Canasta Básica Total, según el Indec, es de $232.426,83. Para el zoom sobre los trabajadores registrados certificaron la dispersión paritaria detallando que hubo pactos remunerativos en algunos casos "y bonificaciones extraordinarias en otros". La media de plazos osciló entre 3 y 6 meses a excepción de los gastronómicos que firmaron por un año. "Todas las negociaciones relevadas establecieron una instancia de revisión", subrayaron los investigadores de la Unsam.
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