"Es hora de que los padres y las madres regresen de su exilio y se impliquen plenamente en la educación" de los niños, aseguró el Sumo Pontífice en la plaza de San Pedro
El papa Francisco criticó que la educación de los hijos se deje en manos de "expertos" e instó a los padres a que "se impliquen plenamente en la educación de sus hijos".
"Si la educación familiar recobra su protagonismo, muchas cosas cambiarán para bien. Es hora de que los padres y las madres regresen de su exilio y se impliquen plenamente en la educación de sus hijos", dijo durante su audiencia general que celebra cada miércoles en la plaza de San Pedro.
Francisco comenzó su mensaje destacando que es "difícil es que los padres eduquen a sus hijos cuando les ven sólo por la tarde y vuelven a casa cansados" y señaló que es "aún más difícil para los padres separados".
Lamentó que "intelectuales de todo tipo han hecho callar a los padres de mil maneras para defender a las jóvenes generaciones de los daños - verdaderos o presuntos - de la educación familiar".
Sobre ello, Francisco lamentó la presencia de los llamados "expertos", ante la cual los padres deben solo "escuchar, aprender y adecuarse" y, así, según dijo, "se les ha privado de su papel" y "se vuelven excesivamente aprensivos y posesivos con sus hijos, hasta llegar a no corregirlos nunca".
Francisco aseguró que "la alianza educativa está en crisis en nuestros días" y como ejemplo también citó "las tensiones y desconfianza entre padres y profesores".
El pontífice también reconoció cómo ahora no hay tiempo para "hablar, reflexionar y confrontarse", pues "muchos padres están secuestrados por el trabajo y de otras preocupaciones, abrumados por la nuevas exigencias de sus hijos y de la complejidad de la vida actual y se paralizan a la hora de actuar".
Pero, agregó, "el papel de los padres es insustituible, solo ellos pueden compensar algunos errores".
El papa Francisco criticó que la educación de los hijos se deje en manos de "expertos" e instó a los padres a que "se impliquen plenamente en la educación de sus hijos".
"Si la educación familiar recobra su protagonismo, muchas cosas cambiarán para bien. Es hora de que los padres y las madres regresen de su exilio y se impliquen plenamente en la educación de sus hijos", dijo durante su audiencia general que celebra cada miércoles en la plaza de San Pedro.
Francisco comenzó su mensaje destacando que es "difícil es que los padres eduquen a sus hijos cuando les ven sólo por la tarde y vuelven a casa cansados" y señaló que es "aún más difícil para los padres separados".
Lamentó que "intelectuales de todo tipo han hecho callar a los padres de mil maneras para defender a las jóvenes generaciones de los daños - verdaderos o presuntos - de la educación familiar".
Sobre ello, Francisco lamentó la presencia de los llamados "expertos", ante la cual los padres deben solo "escuchar, aprender y adecuarse" y, así, según dijo, "se les ha privado de su papel" y "se vuelven excesivamente aprensivos y posesivos con sus hijos, hasta llegar a no corregirlos nunca".
Francisco aseguró que "la alianza educativa está en crisis en nuestros días" y como ejemplo también citó "las tensiones y desconfianza entre padres y profesores".
El pontífice también reconoció cómo ahora no hay tiempo para "hablar, reflexionar y confrontarse", pues "muchos padres están secuestrados por el trabajo y de otras preocupaciones, abrumados por la nuevas exigencias de sus hijos y de la complejidad de la vida actual y se paralizan a la hora de actuar".
Pero, agregó, "el papel de los padres es insustituible, solo ellos pueden compensar algunos errores".
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