La UCR quiere aprobar una nueva fórmula jubilatoria y UP presiona para sumar financiamiento educativo

La oposición delibera si hará valer su número para avanzar con una agenda propia en Diputados o si privilegiará los posicionamientos personales, a riesgo de que caigan las dos sesiones previstas para este martes. El bloque de Unión por la Patria presiona para tratar el financiamiento universitario, la reinstauración del Fondo Nacional de Incentivo Docente (FONID) y una nueva fórmula de movilidad jubilatoria, mientras que la UCR busca acotar el debate a este último tema, para evitar una mayor confrontación con el oficialismo.


El jefe de la bancada radical, Rodrigo De Loredo, impulsó la sesión especial que fue convocada para las 11. Con el apoyo de Hacemos Coalición Federal, el radicalismo quiere discutir el régimen previsional para recomponer los ingresos de los jubilados, que tuvieron una fuerte pérdida del poder adquisitivo en los tres primeros meses del año producto de la inflación. Aunque en ese sector evaluaron la posibilidad de añadir al debate los proyectos que apuestan a brindar mejores fondos a las universidades, luego desistieron bajo el argumento de que los rectores están en plenas negociaciones con el Ejecutivo nacional. 


El peronismo apuesta a poder englobar ambas cuestiones, más el FONID, siempre que logre reunir el número para sesionar a partir de las 14. Sí o sí, precisa que una parte de la UCR se sume para alcanzar el quórum (129). La gran apuesta de la bancada que conduce Germán Martínez es que bajen al recinto los diputados que responden a Facundo Manes, así como también los que se referencian en el senador Martín Lousteau. Las conversaciones seguirán hasta el mismo martes, sin embargo en muchos radicales prevalece la directiva autoimpuesta de no quedar sentados junto a los kirchneristas. 


De Loredo ya había sido blanco de críticas por parte de PRO y La Libertad Avanza hace dos semanas, en la sesión en la que se aprobó el emplazamiento a comisiones para tratar el financiamiento educativo. En ese momento, el radicalismo y Unión por la Patria aunaron fuerzas y acordaron una postura conjunta. "No podemos volver a votar con los kirchneristas. Nosotros somos opositores, pero no buscamos desestabilizar al Gobierno, el que gobierna es (Javier) Milei", dijo un legislador radical. 


El presidente ya anticipó que vetará cualquier ley que apruebe la oposición y ponga en riesgo el equilibrio fiscal. En el radicalismo creen que no recurrirá a esa herramienta prevista en la Constitución Nacional, si se sanciona una nueva fórmula de movilidad jubilatoria, pero sí podría aplicarla en las cuestiones vinculadas al presupuesto para la educación. 


A los radicales, en simultáneo, les incomoda regalarle la bandera de la defensa de la universidad pública al peronismo, que está decidido a insistir con dar la discusión. "Que en la UCR expliquen porqué no quieren tratar el tema, no es nuestro problema. Nosotros esperamos que se sienten en sus bancas para acompañar", apuntaron desde el bloque de Unión por la Patria.   


Si la oposición llega a un consenso, podría obligar a La Libertad Avanza a discutir dos ejes que quedaron fuera del proyecto de la Ley Ómnibus que se trata en el Senado: el previsional y el educativo. De lo contrario, si se dividen, tendrán serias dificultades para reunir el quórum y ambas sesiones pueden fracasar. En ese caso, el oficialismo podría alzarse con un efímero triunfo, teniendo en cuenta que tienen una bancada de 38 integrantes.   


A ningún opositor, de cualquier fuerza política, se le escapa la compleja situación en la que se encuentra la administración de Milei, luego de que echó a quien era hasta hace una semana jefe de Gabinete, Nicolás Posse; y de que enfrenta un escándalo mayúsculo en el ministerio de Capital Humano por los alimentos para los comedores. Todos, en el Congreso, miran de reojo lo que sucede en el Ejecutivo al momento de analizar qué paso dar en el terreno parlamentario.  

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